La Colección Espinosa fue creada por Ana Espinosa, sobrina y heredera del artista, con el principal objetivo de preservar, difundir y poner en valor su producción. Junto a las tareas de registro, conservación y difusión, la Colección, editó en 2012 su primer libro que recopiló la producción pictórica de Espinosa. Luego, en 2018 publicamos nuestro segundo sello editorial centrado en su extensa y menos conocida producción sobre papel. Asimismo, desde la Colección hemos desarrollado diversas líneas de investigación que fueron consolidadas en proyectos curatoriales que permitieron dar a conocer una comprensión global del legado de la vida y obra de este artista
DÉCADA DEL 40
ASOCIACIÓN ARTE CONCRETO- INVENCIÓN
“La única pintura realista es, para mí, la que busca, antes que nada, afirmar su realidad (planismo), aboliendo toda reminiscencia figurativa mediante una estructura integral. Vale decir que el único arte realista es el Arte Concreto”.
En 1946, firmó el acta de creación de la Asociación Arte Concreto- Invención, junto a Maldonado, Bayley, Caraduje, Contreras, Girola, Hlito, los hermanos Lozza, Molenberg, Mónaco, Núñez, Prati, Souza y Werbin; y participó de las exposiciones realizadas por el grupo.
Tras la disolución de la Asociación Arte Concreto-Invención (1949), y después de unos años de profunda actividad, Espinosa atravesó un momento de renovación plástica. En diciembre de 1951 viajó a Europa y recorrió Italia, Suiza, Francia, Bélgica y Holanda, donde se contactó con Piero Dorazio, Bruno Munari, Max Huber, Max Bill, Richard P. Lohse, Georges Vantongerloo y Friedrich Vordemberge-Gildewart, entre otros.
NUEVAS INDAGACIONES PLÁSTICAS A FINES DE LOS 50
Su experiencia en Europa y el contacto con los artistas concretos produjeron profundas renovaciones en sus búsquedas artísticas; a su regreso en 1952, realizo trabajos principalmente con tempera sobre tela y papel, que fueron expuestos en 1959 en la galería Van Riel. En ellos, abandona el marco recortado de la época concreta, pero mantiene el uso del color plano en el fondo; ademas, indaga en torno a la relación figura-fondo, las figuras geométricas cobran mayor protagonismo y crean secuencias con infinitas variaciones sobre un espacio ilimitado.
Un primer gran grupo de trabajos estuvo integrado por círculos con contorno difuminado y líneas curvas sobre fondos de color; en ellos las formas actúan en la composición como creadoras del espacio de un modo libre, con una sutil pero pero contundente determinación. Luego, se sumaron a estas formas espirales, puntos y círculos fraccionados.
Durante este período, hallamos varios puntos de conexión entre su producción de tela y sus búsquedas sobre papel.
LA DÉCADA DEL 60
Hacia fines de la década del 60, trabajó en torno a los estímulos visuales en una serie de obras sobre papel que presentaban una estrecha vinculación con el arte óptico. En ellas, los efectos ópticos son creados por lineas negras que aumentan y disminuyen su grosor, modificando la percepción y generando movimiento visual producto de la inestabilidad del esquema figura-fondo.
LA DÉCADA DEL 70 Y EL CUADRADO
En 1970, realizo, en la galería Arte Nuevo, una muestra individual titulada “Pyopen o 20 variaciones sobre un tema”. Allí expuso una serie de obras en las que utilizo la alternancia de círculos y cuadrados, que comenzó a desarrollar en 1969. Como ya se había destacado en la instalación de su producción en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1968, en esta instalación coloco las pinturas inclinadas en el techo y piso, y las ubico sobre la pared sin espacios, generando una especie de mosaicos de trabajo que componían una totalidad.
LA DÉCADA DEL 70 Y EL PAPEL
En lo que se refiere a su producción sobre papel, se registra una única obra vinculada a sus búsquedas ópticas del 86, fechada en 1971. Por otra parte desarrollo en estos años una serie de trabajos sobre papel con tinta litográfica; las propiedades del material le permitieron experimentar diferentes densidades y transparencias del color, sugiriendo cierta ilusión espacial. Algunas de estas obras participaron de la exposición individual de Espinosa en Caracas, en 1974, en el Centro Venezolano-Argentino de Cooperación Cultural y Científico-Tecnologica - con catalogo prologado por Marta Traba -, la cual obtuvo una importante repercusión en los medios locales.